ENFOQUE BIOPSICOSOCIAL Y TERAPIA BASADA EN EJERCICIO CONSCIENTE EN LOS SÍNDROMES DE FIBROMIALGIA Y FATIGA CRÓNICA.

La imagen muestra una silueta realizando actividad física en un entorno natural y paisajístico

El día 12 de mayo ha sido el día internacional de la fibromialgia (SF) y el síndrome de fatiga crónica (SFC). La línea de investigación de la tesis de uno de los doctorandos del grupo está enfocada en la efectividad del ejercicio consciente en disautonomías, y, como una de las consecuencias de estos síndromes es la desregulación del sistema nervioso autónomo (SNA), vamos a dedicar esta entrada de blog al uso de estas terapias y el enfoque que conllevan en el SF y SFC.

La causa del SF y SFC es a día de hoy todavía desconocida. La falta de un biomarcador concreto, y el diagnóstico basado en la clínica del paciente, ha llevado durante mucho tiempo a la falsa creencia por parte de muchos sanitarios de que la causa eran problemas psicológicos, desadaptaciones de la persona o incluso invenciones (Pheby DFH et al. 2020). Como consecuencia, son etiquetas diagnósticas que se han utilizado mal. La reducción de las pruebas médicas necesarias para hacer un correcto diagnóstico diferencial puede llevar a que los pacientes reciban un diagnóstico erróneo, o no sean diagnosticados cuando realmente sí padecen del síndrome (Geraghty KJ & Blease C. 2019). Este desconocimiento por gran parte de la comunidad médica ha llevado a algunos especialistas a rechazar drásticamente el enfoque biopsicosocial en estas patologías, argumentando que sólo aumenta la desvalidación de los pacientes, aumenta el descontento de los mismos, e incluso les puede llevar a tomar decisiones o adoptar terapias que pueden empeorar su condición de salud (Geraghty KJ & Blease C. 2019; Campion P. 2016). Esta posición olvida el hecho que el enfoque biopsicosocial del paciente engloba también una parte BIO, no menos importante que el resto, y que no pretende desvalidar los síntomas sufridos por los pacientes, ni argumentar que no exista una causa fisiológica subyacente a los síndromes. En cambio, lo que se pretende con este enfoque es tener en cuenta las esferas psicológica y social de la persona, utilizar un enfoque integral que englobe el contexto del paciente y tenga en cuenta su realidad, como actualmente se recomienda en cualquier patología crónica, ya que inevitablemente, a lo largo del tiempo la patología acaba teniendo consecuencias en todas las esferas de la vida de la persona (Wade DT & Halligan PW. 2017). Más sentido aún tiene adoptar este enfoque en aquellas patologías donde los procesos biológicos subyacentes todavía no son del todo comprendidos (lo que no significa que se nieguen ni se dejen de investigar), y por lo tanto no existe un tratamiento farmacológico eficaz, y menos aún curativo.

Una de las alteraciones fisiológicas que acompaña al SF y el SFC es la desregulación del SNA. Aunque se ha visto que, dependiendo del paciente, puede existir una tendencia más hacia una hipoactivación o una sobreactivación, está claro en ambos casos que el sistema ha perdido la capacidad de autoregulación, así como la de adaptar su actividad para responder ante estímulos y estresores correctamente (Pinto AM et al. 2023). Una de las formas por las que se ha podido objetivar esto, es mediante la medición del tono cardiaco vagal y de la variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC). La VFC es la variación de la frecuencia cardiaca entre latidos, medida con los intervalos RR. Esta variabilidad nos puede servir para valorar el equilibrio que existe entre los sistemas simpático y parasimpático y la capacidad de adaptación del SNA. Una baja VFC ya se ha aceptado como marcador neurofisiológico del estrés crónico. Además, la íntima relación de la actividad vagal con el eje Hipotálamo-Pituitario-Adrenal, el eje intestino cerebro, el sistema inmune y el funcionamiento de vísceras tan importantes como el corazón y el sistema vascular provoca que, mantenida a largo plazo, la alteración de la VFC relacionada con muchos cambios patológicos en múltiples sistemas del organismo (Pinto AM et al. 2023; Kadota Y et al. 2010). 

Aunque en absoluto queramos decir con todo esto que las alteraciones del SNA sean la causa del SF y SFC, es evidente que el tratamiento de estas desregulaciones nos va a aportar una mejora considerable en la sintomatología y la calidad de vida de los pacientes. Una de las herramientas que ha sido reconocida en la literatura como efectiva a la hora de regular el funcionamiento del SNA es la meditación, mindfulness o entrenamiento de la consciencia (Brandmeyer T et al. 2019). Se ha propuesto que la práctica de ejercicio consciente, que son tipos de ejercicio en los que la consciencia y la atención está posada sobre las sensaciones corporales, la respiración y el movimiento, tiene efectos comparables con los efectos de la meditación (Pascoe MC et al. 2017).

El ejercicio físico se propone como una parte fundamental del tratamiento de estos pacientes, tanto por expertos como por guías de práctica clínica (Geneen LJ et al. 2017; NICE 2021). El ejercicio, aparte de modular la intensidad del dolor, tiene un papel esencial en mantener la autonomía del paciente y aumentar su autoeficacia. Los expertos también avisan de los posibles efectos adversos que puede ocasionar el ejercicio. El SF y sobre todo el SFC se caracterizan por un empeoramiento de los síntomas tras un esfuerzo que haya sobrepasado sus límites. Por ello, se recomienda que se siga una estrategia de pacing en cuanto a la prescripción del ejercicio físico. El pacing implica no sobrepasar los límites de la persona, intentando evitar ese agravamiento sintomatológico posterior al esfuerzo (Sanal-Hayes NEM et al. 2023).

El ejercicio consciente es considerado un ejercicio de baja intensidad, perfecto para el comienzo de un proceso de rehabilitación (Cagas JY et al. 2022). Además, el hecho de que la atención esté puesta en las sensaciones corporales y la consciencia despierta, ayuda a que el paciente perciba mejor su estado de cansancio y el esfuerzo que está realizando. Todo esto permite seguir mejor las recomendaciones de pacing y evitar ese empeoramiento de los síntomas, que, por supuesto, ¡nadie quiere que ocurra!

Por todo lo expuesto, el ejercicio consciente se presenta como una buena estrategia y herramienta terapéutica para los pacientes con SF y SCF. Desde UMSS seguimos investigando sobre este tema para comprobar si nuestras hipótesis son ciertas y respaldar con evidencia científica estas prácticas.

Bibliografía:

  1. Pheby DFH, Araja D, Berkis U, Brenna E, Cullinan J, de Korwin JD, Gitto L, Hughes DA, Hunter RM, Trepel D, Wang-Steverding X. The Development of a Consistent Europe-Wide Approach to Investigating the Economic Impact of Myalgic Encephalomyelitis (ME/CFS): A Report from the European Network on ME/CFS (EUROMENE). Healthcare (Basel). 2020 Apr 7;8(2):88. doi: 10.3390/healthcare8020088. PMID: 32272608; PMCID: PMC7349118.
  2. Geraghty KJ, Blease C. Myalgic encephalomyelitis/chronic fatigue syndrome and the biopsychosocial model: a review of patient harm and distress in the medical encounter. Disabil Rehabil. 2019 Dec;41(25):3092-3102. doi: 10.1080/09638288.2018.1481149. Epub 2018 Jun 21. PMID: 29929450.
  3. Campion P. Chronic fatigue syndrome: is the biopsychosocial model responsible for patient dissatisfaction and harm? Br J Gen Pract. 2016 Oct;66(651):511. doi: 10.3399/bjgp16X687229. PMID: 27688495; PMCID: PMC5033282.
  4. Wade DT, Halligan PW. The biopsychosocial model of illness: a model whose time has come. Clin Rehabil. 2017 Aug;31(8):995-1004. doi: 10.1177/0269215517709890. PMID: 28730890.
  5. Pinto AM, Luís M, Geenen R, Palavra F, Lumley MA, Ablin JN, Amris K, Branco J, Buskila D, Castelhano J, Castelo-Branco M, Crofford LJ, Fitzcharles MA, Häuser W, Kosek E, Mease PJ, Marques TR, Jacobs JWG, Castilho P, da Silva JAP. Neurophysiological and psychosocial mechanisms of fibromyalgia: A comprehensive review and call for an integrative model. Neurosci Biobehav Rev. 2023 Aug;151:105235. doi: 10.1016/j.neubiorev.2023.105235. Epub 2023 May 18. PMID: 37207842.
  6. Kadota Y, Cooper G, Burton AR, Lemon J, Schall U, Lloyd A, Vollmer-Conna U. Autonomic hyper-vigilance in post-infective fatigue syndrome. Biol Psychol. 2010 Sep;85(1):97-103. doi: 10.1016/j.biopsycho.2010.05.009. Epub 2010 Jun 2. PMID: 20678991.
  7. Brandmeyer T, Delorme A, Wahbeh H. The neuroscience of meditation: classification, phenomenology, correlates, and mechanisms. Prog Brain Res. 2019;244:1-29. doi: 10.1016/bs.pbr.2018.10.020. Epub 2019 Jan 16. PMID: 30732832.
  8. Pascoe MC, Thompson DR, Ski CF. Yoga, mindfulness-based stress reduction and stress-related physiological measures: A meta-analysis. Psychoneuroendocrinology. 2017 Dec;86:152-168. doi: 10.1016/j.psyneuen.2017.08.008. Epub 2017 Aug 30. PMID: 28963884.
  9. Geneen LJ, Moore RA, Clarke C, Martin D, Colvin LA, Smith BH. Physical activity and exercise for chronic pain in adults: an overview of Cochrane Reviews. Cochrane Database Syst Rev. 2017 Jan 14;1(1):CD011279. doi: 10.1002/14651858.CD011279.pub2. Update in: Cochrane Database Syst Rev. 2017 Apr 24;4:CD011279. PMID: 28087891; PMCID: PMC6469540.
  10. NICE. NICE. Overview | Myalgic encephalomyelitis (or encephalopathy)/chronic fatigue syndrome: diagnosis and management 2021.
  11. Sanal-Hayes NEM, Mclaughlin M, Hayes LD, Mair JL, Ormerod J, Carless D, Hilliard N, Meach R, Ingram J, Sculthorpe NF. A scoping review of ‘Pacing’ for management of Myalgic Encephalomyelitis/Chronic Fatigue Syndrome (ME/CFS): lessons learned for the long COVID pandemic. J Transl Med. 2023 Oct 14;21(1):720. doi: 10.1186/s12967-023-04587-5. PMID: 37838675; PMCID: PMC10576275.
  12. Cagas JY, Biddle SJH, Vergeer I. Why do people do yoga? Examining motives across different types of yoga participants. Int J Sport Exerc Psychol. 21 de junio de 2022;1-21.