Día mundial del Parkinson: 11 de Abril

Un hombre mayor caminando por la playa

La enfermedad de Parkinson es una de las enfermedades neurodegenerativas más prevalentes (Poewe et al., 2017) y conocidas por la población general. Como toda enfermedad neurodegenerativa, su fisiopatología se basa en la disfunción y muerte neuronal progresiva en áreas concretas del sistema nervioso central. Este proceso provoca sintomatología muy variable, que dependerá de las funciones en las que las neuronas afectadas formasen parte dentro de la red funcional que es nuestro sistema nervioso (Bertram & Tanzi, 2005). 

En el caso de la enfermedad de Parkinson, los ganglios de la base son el foco de afección. Estas agrupaciones de cuerpos neuronales situadas en el tronco del encéfalo, participan en funciones muy diversas como el control del movimiento, la regulación emocional, la modulación del dolor y la motilidad intestinal. Es por ello, que pacientes que sufren la enfermedad de Parkinson tienen síntomas muy variados que van más allá del temblor al que comúnmente se asocia esta patología, entre los que podemos destacar los trastornos del sueño, la depresión, la fatiga y el dolor (Poewe et al., 2017). A menudo las alteraciones psicosociales se manifiestan antes que la característica disfunción motora,  lo que dificulta el diagnóstico en las primeras fases de la enfermedad (Poewe et al., 2017).

Se pueden desarrollar cuadros clínicos similares de etiología diferente al deterioro neuronal progresivo que define a la enfermedad de Parkinson. Estos cuadros reciben el nombre de parkinsonismos, y se originan por causas diversas como efectos adversos de medicamentos, o la exposición repetida a traumatismos craneoencefálicos.

Al igual que en la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas, la etiopatogenia de la enfermedad de Parkinson no está bien identificada. Sin embargo, se acepta que factores genéticos, epigenéticos y ambientales juegan un papel a este respecto. La actividad física se ha propuesto como uno de los principales factores ambientales que podrían limitar las posibilidades de padecer la enfermedad de Parkinson (Bellou et al., 2016).

Asimismo, los resultados de una revisión de revisiones sistemáticas recientemente realizada por integrantes del grupo UMSS (García-Muñoz et al., 2023), sugieren que la práctica de ejercicios cuerpo-mente como el yoga, puede ser una estrategia efectiva para la mejora de la función motora y el equilibrio en estos pacientes.Por tanto, en el día mundial del Parkinson, desde UMSS os animamos a mantener niveles altos de actividad física para prevenir la aparición de esta y otras enfermedades crónicas, así como a valorar la implementación de estrategias basadas en ejercicios cuerpo-mente en vuestra práctica clínica con pacientes con enfermedad de Parkinson.